domingo, 16 de julio de 2017

Relato/ El verano de tus huellas.

Las  nubes se van y el cielo se oscurece, empieza a llover, ella se cubre con una chaqueta vaquera la cabeza. Ríe, ríe tanto que toda ella se hace magia.
Me gusta como es, tan increíble, se enfada pero sus enfados son como los truenos, aparecen de pronto pero se suavizan con las nubes y dejan de serlo, se convierten en lluvia.
Corremos, la lluvia empieza a mojarnos la ropa y el pelo, nos constiparemos pero que mejor constipado si es con ella. Corremos hacia el coche que está en frente de nosotros. Tú me dices que no a sido buena idea venir a la playa con este tiempo, y yo me río, porque no sé que contestarte, y me enamoro más de ti, de tus huellas, las que has dejado en la arena. Dejas dentro del coche la chaqueta empapada de la lluvia, yo me quejo, me enfado porque la chaqueta mojará tu asiento y tú gruñes, te enfadas también pero, tu mano es la reconciliación, me la coges y pones en marcha el motor del coche...Avanzamos unos cuantos kilómetros sin hablar, tu sonrisa que mira de frente hace que se me paralice el corazón de una manera imposible de explicar.
El mundo se paraliza, te miro sin que te des cuenta, tu rostro tiene pequeñas arrugas de tanto reír, y la nariz pequeña pero inocente y una boca que perfectamente podrían ser un pincel que pudiese pintar mi sonrisa. Me dices que has roto con el chico del otro día, ese mismo que conocimos en aquella cafetería que te gustaba tanto ir, lloras, y tus ojos son agua. No llores...El verano no se acaba si tú no le pones fin. El corazón se te atropella, lo noto al notarte tan cerca, aparcas en una zona vacía de gente y de coches, tenemos la carretera para nosotros. Te miro de reojo, te pregunto que si quieres que nos vayamos a un sitio donde tu mente este libre de pensamientos y puedas respirar vida en vez de tristeza, que yo no te merecía cuando te besé aquella noche de verano, en la puerta de tu casa, con tus padres dentro y el horno encendido con un pollo medio hecho.
Te tenías que ir, y yo te agarré la mano y te giré hacia mí, y te cogí la cara con mis manos y te di el beso soñado. El que llevaba tiempo imaginando. 
Celian, está no es una historia de amor cualquiera, no lo es. Porque tú no lo haces posible, tú haces que se me atragante el mundo, tú eres la culpable de todo lo que siento. 
Te abrazo mientras que lloras entre mis brazos, seras la razón por la que me gusta tanto caminar por la arena, el verano y tú sois mi mejor tiempo. 
Me miras después de llorar en mi camiseta mojada de ti, sonríes y tus ojos verdes hacen que quieras besarte otra vez. Pero dejamos el amor atrás y se vino la amistad. Espero que entiendas lo mundo que te quiero, y quiero compartir abrazos a tu lado.
No me importa que te enfades conmigo si luego tus brazos hacen el resto, eres la no mujer perfecta que he visto nunca. Me miras y me dices que te tienes que ir a casa ya, que ojalá me puedas amar como yo a ti, y desapareces, y me dejas, das la vuelta y vuelves a por mí, sonrío feliz, has vuelto y te miro desde la lejanía y eres mi trueno preferido. Pitas con el coche y me dices que suba, yo corro hacia tu encuentro, subo al coche y te miro, te miro porque eres mejor que todas las películas románticas que vemos en el sofá y te echas a llorar, con las palomitas encima de tus piernas. 
Nunca podré cambiar lo que siento por ti.


   FIRMADO: TU BESO INESPERADO.






CANCIÓN DE DESPEDIDA:







Está chica con voz dulce, la descubrí ayer, y me encantó su voz, se a convertido en mi cantante favorita esa canción es muy bonita.
Se llama Ember Island, y la canción "creep". ¡OS LA RECOMIENDO MUCHO!





¡Buenos días mis pequeños sonrientes! con el corazón escupiendo a mis latidos os he  contado una pequeña historia, un relato de verano para entreteneros un poco. Espero que os guste mucho, y que me abracéis más fuerte que otras veces.
    HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA, MIS PEQUEÑOS SONRIENTES!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola mamá

Ya llevas 4 años en el mundo del país de las nubes junto con papá, y he de confesarte qué me cuesta asimilar todavía qué no estés aquí, otra...